El término vigorexia es relativamente reciente y fue acuñado
por el psiquiatra Harrison G. Pope, que lo utilizó para designar la patología
hallada en una serie de sujetos que se caracterizaban por una obsesión con la
musculatura que les impedía verse como eran realmente, sintiéndose débiles,
enclenques y carentes de atractivo físico. Se ha denominado también anorexia
inversa, complejo de Adonis y dismorfia muscular, pero aún no está incluido
dentro de las clasificaciones diagnósticas
Se trata de una preocupación excesiva por la propia
musculatura, por lo que pasan horas realizando ejercicio (más de 3-4 horas al
día) y abandonan sus obligaciones
Además, pueden consumir sustancias como esteroides
anabolizantes para favorecer la formación de masa muscular con el consiguiente
riesgo para la salud.
Señales que indican
que se podría desarrollar vigorexia:
- Alteraciones cognitivas de la imagen corporal
- Alteraciones en el comportamiento alimentario
- Pensamientos obsesivos sobre el desarrollo muscular
- Abuso de esteroides anabolizantes
- Abuso del ejercicio excesivo
- Evitación de situaciones sociales y afectación del mundo laboral Epidemiología
En España se estima que la mayoría de las personas que
sufren vigorexia son hombres de entre 18 y 35 años, pudiendo estar afectados
entre 20.000 y 23.000 personas.
En Estados Unidos se calcula que 5-10 millones de personas
realizan algún tipo de entrenamiento culturista específico y se ha propuesto
que quizá un millón de éstos podrían sufrir vigorexia.
El ejercicio físico deja de ser un estilo de vida saludable
para convertirse, junto con las dietas hiperproteicas y los esteroides
anabolizantes, en un medio para conseguir un cuerpo muy musculado que nunca
termina de agradar al paciente.
Pueden acompañarse de otras alteraciones psicológicas como
ansiedad, depresión y trastornos obsesivo-compulsivos. Para algunos autores, la
dismorfia muscular es el reverso de la anorexia. Mientras que ésta suele
aparecer entre chicas jóvenes que por más que adelgazan nunca llegan a verse
delgadas, la dismorfia muscular afecta principalmente a varones que se desviven
por alcanzar un cuerpo cada vez más musculado.
Como señales de
alarma de la existencia de este trastorno se han señalado:
- Halterofilia y ejercicio compulsivo: la búsqueda de un cuerpo más musculado puede convertirse en una prioridad, sacrificando las relaciones sociales y otros aspectos del desarrollo físico y emocional de la persona.
- Trastorno dismórfico corporal: las personas con problemas con su imagen física pueden fijarse obsesivamente en detalles que otros no consideran de importancia.
- Sentimientos de insatisfacción, baja autoestima y depresión son frecuentes.
- Trastornos de alimentación: varones con problemas de bulimia o anorexia y otras formas menores que mantienen una preocupación acerca de estar obesos cuando realmente están delgados.
- Abuso de esteroides: intentan conseguir una imagen física idealizada a través del uso de estas sustancias.
Los andrógenos tienen dos funciones diferentes:
- Androgénica: desarrollan y mantienen los caracteres sexuales secundarios masculinos (genitales, distribución del vello, distribución de la grasa corporal), así como el comportamiento sexual y la espermatogénesis.
- Anabolizante: regula el metabolismo de las grasas potenciándolo, y provoca el desarrollo muscular. Una de las principales razones del abuso de anabolizantes es mejorar el rendimiento físico en los deportes, para incrementar el tamaño muscular y reducir la grasa corporal.
El consumo de anabolizantes es bastante común en algunos
países. Se estima que, en Estados Unidos, entre el 4 y el 11% de los hombres no
culturistas, y entre el 0,5 y el 2,5% de mujeres consumen este tipo de
sustancias, datos que llegan a alcanzar el 75% de los culturistas.
En España se dispone de menos datos, si bien se baraja una
cifra mucho mayor, según la cual 700.000 personas consumen en España sustancias
dopantes.
El principal problema
de los andrógenos es que todas las sustancias anabolizantes existentes también
tienen efecto androgénico, efecto no deseado por los deportistas que los
consumen para ganar masa muscular.
Efectos secundarios de los esteroides anabolizantes
Sistema hormonal
Hombres
- Disminución esperma, atrofia testicular, infertilidad
- Ginecomastia
- Hipertrofia de próstata
- Alopecia
Mujeres
- Masculinización
- Crecimiento vello facial
- Cambios ciclo menstrual
- Aumento tamaño del clítoris
- Cambios voz
Sistema cardiovascular
- Retención hídrica
- Hipertensión arterial
- Hipercolesterolemia
- Cardiopatía isquémica
- Accidentes cerebrovasculares
Hígado
- Tumores
- Colestasis
Piel
- Acné
- Quistes
- Pelo graso Infecciones (por inyección no estéril o contaminada)
Otros
- Temblor, palpitaciones
- Agresividad
- Gastritis
- Aumento de apetito
- Aumento de infecciones y retraso cicatrización
- Cataratas, glaucoma
- Debilidad muscular, osteoporosis
A pesar de los efectos secundarios, los afectados de vigorexia
suelen aceptarlos como un mal menor, que deben asumir con tal de conseguir su
objetivo: tener cuanta más masa muscular mejor.
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