Y tu... ¿te has vacunado?
Seguro que alguna vez lo has
preguntado o te lo han preguntado.
Los epidemiólogos y resto de
equipo encargado de confeccionar las vacunas, hacen previsiones para el año
siguiente con las cepas que ha habido en ese año.
Lamentablemente este año ha
habido grandes variaciones entre las previsiones del año pasado y las
infecciones actuales; cosa que dota de menor eficacia a esta campaña de
vacunación.
Sin embargo, al margen de modas
o tendencias de opinión en contra de la vacunación, que siempre las ha habido y
siempre las habrá, lo cierto es que la vacunación es una de las medidas
sanitarias que mayor grado de mejoría de la salud aporta a la comunidad, junto
a la higiene, la antibioticoterapia y la seguridad alimentaria y medioambiental.
En un mundo de globalización de
la información, en el que más vale caer en gracia que ser gracioso; tendencias
desviadas y muchas veces perversas afloran y se desarrollan con facilidad. Hay
un exceso de información y a veces puede parecer difícil filtrar la información
contrastada por profesionales sin animosidad de lucro o sensacionalismo, con
una abrumadora presencia de opiniones tendenciosas que, aunque carecen de
criterio de autoridad, tienen un gran número de seguidores y acólitos dispuestos
a sacrificar su objetividad y honradez, por un pequeño momento de gloria.
La eficacia, o no, de una
campaña de vacunación no es una cuestión de opinión, es una realidad que aporta
la comunidad científica.
En una comunidad ampliamente
vacunada, las personas no vacunadas están protegidas, y a medida que el
porcentaje de personas vacunadas decrece, la protección de las personas no
vacunada cae en picado.
No todas las personas vacunadas
están exentas de padecer la enfermedad, sería muy pretencioso pretender que una
medida proteja al 100%, es lamentable pero inevitable. Ahora bien... hay que
tener las ideas claras y comprender que eso es normal y que las conclusiones
hay que extraerlas sobre la comunidad y no sobre el individuo.
Los casos de personal sanitario
que no se vacunan, son debidos a que confían en que en una población bien
vacunada, ellos están protegidos, aunque no se vacunen, y eso lo saben, sin embargo,
es una actitud insolidaria y que si se extiende puede ser lamentable, porque al
crecer despacio el número de personas no vacunadas crece a mucha más velocidad
el número de personas enfermas, y crece a más velocidad el fracaso de la
medida.
Recuerda: la vacunación
confiere inmunidad personal e inmunidad social. La personal depende de ti, la social depende
de tu comunidad.
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